lunes, 30 de julio de 2012

Historias perdidas de Arda. 2.1 la guerra de los poderes

    Historias perdidas de Arda La guerra de los poderes 2.1


Preludio del autor picosito:
Sigue el relato de la guerra, mi versión  acelerada de una guerra, y la caída de la fortaleza de Utumno. Dándole un merecido protagonismo a los personajes Ólorin (Gandalf) Curunír (Saruman) Aiwendhil (Radagast) y Alatar, estos dos últimos abandonados terriblemente en las obras de Tolkien. El personaje Azeereg fue de mi creación, pues vi la necesidad de dar más nombres de maiars "malignos" Aunque sea su debut y despedida.

Imagen artística de Utumno. Derechos de  Beto_Sousa


L
a segunda entrada de Utumno era una gigantesca puerta de acero al pie de la montaña, siendo la única entrada a la caverna. Entonces Azeereg, un poderoso Maiar que antaño era ayudante al Vala Irmo[1] (Lorien) uso su poder para poner un encantamiento en las puertas haciéndolas infalibles a los ataques frontales de fuerza bruta, y ni siquiera la super fuerza de Tulkas pudo hacerlas caer; quince veces dio un violento puñetazo con toda su fuerza y quince veces tembló la tierra, hasta la lejana Cuivénen pero la puerta no se movió y Tulkas quedó frustrado y confundido, entonces desde la derecha y de manera sorpresiva aparecieron setenta Balrogs y atacaron al ejercito de vanguardia que se hallaba a los pies de la puerta de la gran caverna, sus intenciones eran golpear y huir pues detrás estaban aun los miles de soldados. Entonces Tulkas corrió y junto con Olórin Curunír y Radagast enfrentó a los Balrgos, éstos comandados por su capitán Gothmog comprendieron que el factor sorpresa había fallado y se retiraron con la pena de solo haber podido dejar fuera de combate a uno de sus enemigos pero con la satisfacción de no haber sufrido ninguna baja. Tulkas los persiguió con furia pero ellos pronto desaparecieron en una entrada secreta de Utumno que la nula paciencia de Tulkas no encontró jamás.
Entonces el Maiar Alatar -sirviente de Oromë- se adelantó solo a la gran puerta y viendo que ésta estaba hechizada y era más fría que los hielos eternos de los polos y tan dura como ellos dijo:
  Creo saber, amigos míos, como se ha de derribar esta puerta maldita. Pero es menester que vosotros retrocedáis para que intente usar un poderoso hechizo sin miedo a alcanzaros por accidente.
Y Ólorin dijo:
  que así sea querido amigo pero no hagas nada peligroso ni pongas tu propia vida en riesgo innecesario pues ahora el señor oscuro esta sitiado y de ser necesario el propio Aulë podría venir a socorrernos.
Entonces los presentes retrocedieron y Alatar se acercó a la gran puerta, Sus ojos azules se cerraron y juntó sus blancas manos y un fulgor salió de su frente e iluminó la entrada y alatar de súbito abrió sus ojos y ya no eran azules sino blancos como si se hubieran convertido en estrellas y gritó su hechizo:

Valaranë
Ipufaranë
Fogosinorë
¡Elbereth!

Y puso las palmas de la mano sobre la puerta y ésta sufrió tan violento cambió de temperatura que humeó y estremeció, vibró con violencia y luego  estalló como si hubiera sido tocada de pronto por el mismo sol. De la violenta explosión salió disparado Alatar pero fue cachado por Ólorin y por ésta hazaña Alatar fue conocido como “el derretidor de puertas” el que pudo derribar una puerta que ni siquiera el Tulkas el fuerte pudo traspasar.
Ahora bien detrás de la inmensa puerta de acero se encontraba el grueso del ejercito de Melkor aguardando para pelear con fiereza una última batalla, una batalla por la supervivencia y Azeereg y Sauron y Gothmog se hallaban ahí; Pero Melkor se disponía a ir a la más profunda de las cavernas con solo dos guardias.
Tulkas de nuevo se adelantó a toda prisa y por la oscuridad no vió a tiempo el ejército enemigo y Gothmog lo recibió con un durísimo martillazo en el pecho de tal violencia que el vala salió expulsado llevándose en su trayecto a Melian y un grupo de Maiars e hiriéndolos, y dicen los sabios que si ese martillaso hubiera sido recibido por cualquier otro ser habría muerto sin remedio en el instante, pero quiso el destino que fuera Tulkas y no otro en recibir el duro castigo así que en poco tiempo y con trabajos Tulkas se incorporó y  rió a carcajadas para luego unirse de nuevo a la batalla.
Pelo Melian no pudo continuar en la batalla pues el golpe con el cuerpo de Tulkas la había dejado herida y agotada.
Así fue que se libró la última de las batallas de la guerra de los poderes, después de un completo y corto sitio de utumno, dentro de la caverna misma que daba entrada a la profundidad de la fortaleza de Melkor. Ahí dentro se batían legiones de Balrogs y la oscuridad era frecuentemente iluminada por los látigos de fuego y las espadas y armas de los maiar. Y la tierra temblaba y el cielo relampagueaba y grandes trozos de la caverna y de la montaña cerca de Utumno se desprendían, muy lejos al Este en Cuivénen se preguntaban los elfos que era aquella lejana agitación y Aulë se entristeció pues comprendió que la tierra que él había modelado estaba siendo destruida.
Ahora bien, el ejercito de Melkor tenía como ventaja el terreno que era oscuro y conocido y tenia poco espacio como para resguardarse de los látigos y ahí el ejercito de Válinor sufrió el mayor número de perdidas;
Pero Eonwë peleaba con gallardía y usando un largo tridente dorado peleó con Gothmog y logro herirlo aunque no sin recibir daño y en verdad hubiera sido el fin del terrible Balrog y muchos males se hubieran evitado si no hubiera sido ayudado por tres Balrogs más que intervinieron y permitieron que Gothmog el señor de los Balrogs huyera de la batalla.
Al mismo tiempo y a pocos metros Sauron se vio envuelto en una batalla con Radagast Sauron con una espada de fuego como los Balrogs y negro escudo y Radagast con una alabarda y un escudo verde; Con el escudo Radagast contuvo la furia de la espada y lanzó una estocada que sauron desvió con facilidad; Pero Sauron lanzo su espada de al techo rocoso para que se desprendiera una gran roca y el derrumbe sepultara a Radagast, Y Sauron lanzó un hechizo para que Radagast no pudiera hacerse a un lado, El Maia al saberse derrotado recurrió a una medida desesperada: tomó una lanza  cercana y se tendió de bruces disparando a Sauron la lanza antes de ser sepultado esto rompió el hechizo, obligando Sauron a moverse bruscamente y causándole una herida en el costado pero no tuvo tiempo Radagast de huir y quedó bajo el derrumbe.
Impotente y lejano vio Ólorin la tragedia de su amigo, y con cólera salió al encuentro del herido Sauron y le cerró el paso, blandía únicamente una espada larga de punta picuda y de elaborados adornos en la empuñadura y Sauron lo vio y cerrando la mano inflamó de nuevo la espada; se lanzó a Ólorin y éste no se amilano y de frente y con furia chocaron las dos espadas sacando chispas y fulgores creando sonidos indescriptibles Ólorin usaba su propia espada como escudo y era terrible su fuerza unida con su cólera, hacia movimientos rápidos pues temia que Sauron usara algún hechizo y lo mantenía ocupado con sus múltiples golpes de espada, cuando pensó a Sauron cansado salto a una de las rocas del derrumbe que el mismo Sauron había causado y desde ahí se lanzo directo hacia su enemigo espada por delante y con todas sus fuerzas le despedazó el escudo y cayendo Sauron estuvo en el suelo boca arriba, derrotado, afectado por las heridas e indefenso; Aprovechó Ólorin y le encajó la punta de la espada en el hombro, entonces lanzó Sauron un terrible grito que cimbró toda la caverna y atemorizo a todos los integrantes del ejercito oscuro.
Poco después se unió Curunír y cuando se disponía a darle el golpe final a Sauron, Ólorin lo detuvo y dijo:
  Déjalo, más humillante y doloroso será que vea la caída de su señor y la ruina de su señorío. Y Ven ayúdame que tal vez Aiwhendil continúe con vida.

Ahora bien Curunír se maravilló del poderío de utumno y del dominio que tenía en la tierra media, y pensó que los valar eran demasiado pasivos y permisivos al dejar crecer tanto el poder oscuro, y más adelante envidió a Ólorin por derrotar a Sauron y despreció a Radagast; el motivo por el cual él, Curunír el sabio, no se vistió de gloria aquel día. La semilla del mal despertó en Curunír ese día.

Ahora bien, Sauron abandonó su cuerpo y su espíritu lucho para no ser absorbido por los Fëanturi[2] y huyo lejos al sur. Pero Azeereg el último capitán de Melkor que quedaba en la batalla había luchado de manera heroica y había derrotado a todos con los que se había batido en combate singular; pero por último fue Eonwë el jefe de todos los Maiar y el más cercano al dios Manwë el que le hizo frente, ambos blandiendo espadas largas y Eonwë empuñaba su espada Sikända que tanta fama le dio desde ese día pues era tan fuerte que cuando Eonwë creció en cólera golpeó tan fuerte a Azeereg que le cortó el escudo a la mitad y el antebrazo y la mano de Azeereg cayeron al suelo, entonces cayó de rodillas y Eonwë tomó el tridente que tenia atado a la espalda y lo lanzó a su enemigo. Asi terminó sus días el Maia Azeereg, quién fue fuerte y famoso en el trono de Melkor y tenía tantas influencias como Sauron; pero hasta en su muerte Azeereg fue fiel y útil al amo pues siendo ya espíritu soltó de golpe su energía y logró que la mayoría de los espíritus Balrogs que habían sido abatidos fueran esparcidos por la tierra media evitando asi el embudo que los Fëanturi habían creado para absorberlos y encerrarlos en las estancias de mandos destino que él mismo Azeereg no pudo evitar.



[1] Irmo es llamado Lorien pues es el sitio donde él permanece, es el dios de los sueños y las visiones. Véase índice de nombres. Tolkien, J. R. R. (1984). El Silmarillion. Ediciones Minotauro. ISBN 84-450-7139-4. P.10 
[2] Mandos y Lórien los amos de los espíritus

CONTINUA EL PRÓXIMO LUNES 6 DE AGOSTO 

Links:
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Nota extra y ATRACTIVA:
En estos tiempos Olímpicos que mejor que una foto de una de las atletas mas yommiyommi de Londres 2012 Maria sharapova. Estos días aprovechare para consolar a los náufragos con bellezas olímpicas
Deleitense.



¿Apoco no? Bueno me voy porque tengo alguien en cama. Nos leemos.



lunes, 23 de julio de 2012

Historias perdidas de Arda. 2 La guerra de los poderes

Preludio del autor picosito:

En esta entrega me di a la tarea de narrar una versión de como me hubiera gustado que haya sido la guerra de los poderes, esta guerra se da poco después del "despertar" de los elfos, recuerden que los elfos y los hombres son creaciones (hijos) de Ilúvatar y el mundo (Arda) fue hecho para ser su morada, y los Valar (dioses menores) son los encargados de regir y hacer dicho mundo. Pues bien, poco después de que los hijos mayores de Ilúvatar despertaran, los valar decidieron atacar y capturar al villano Melkor, por seguridad de estos últimos. Tristemente en el libro el Silmarillion de Tolkien, la referencia a este enfrentamiento bélico es escueta y con pocos detalles, y más bien abunda en efectos geográficos. Tristemente a este magno acontecimiento Tolkien le dedico poco menos de una cuartilla y quinientos dieciocho palabras. La intención mía es ahondar en lo que Tolkien no lo hizo y dar una version, barata, pero mía. La principal diferencia entre mi versión y los escritos de Tolkien (aparte de la calidad) es el tiempo; en la guerra cuando elfos y hombres derrotaron a Sauron, les llevo un sitio y asedio de Mordor de ¡7 años! imaginar un sitio de siete años es... cuando menos inenarrable. En mi versión aceleré demasiado la guerra, al extremo, e incurrí en una contradicción pues según el libro de Tolkien "hubo un largo sitio de Utumno y muchas batallas se libraron".
Otro elemento muy mio fue darle un protagonismo a mi juicio justo a los grandes personajes. (Por ejemplo el espíritu que después se conocería como Saruman) y la descripción cruda (aunque ligera esta vez) de la guerra. Este capitulo presenta dificultades para dosificarlo, así que ojala lo haga bien y sino pues se amuelan :)

Una imagen sui géneris de Tulkas personaje central hoy


La guerra de los poderes


L


os elfos hablaron con Oromë y tanto él como ellos se maravillaron unos de los otros, los elfos de la poderosa mirada y la luz que salía del rostro del vala y Oromë de la gran belleza del pueblo. Cuando Oromë pregunto por qué muchos de ellos habían huido hasta perderse el rastro, los elfos contaron sobre las cabalgatas del terrible jinete oscuro, de las terribles pesadillas que los acechaban en las noches, y de cómo las estrellas eran ocultadas por una densa oscuridad, entonces Oromë comprendió que las fuerzas de Melkor estaban actuando pero no dijo nada y sonriendo dio palabras de aliento y amor a los elfos diciendo
­— ahora deben sentirse seguros pues estando yo con ustedes ningún monstruo ni criatura maligna se atreverá a acercarse y si acaso las sombras intentan cubrir las estrellas y los corazones haré sonar mi cuerno[1] y las alejaré como el viento aleja a la niebla.
Algún tiempo pasó Oromë con ellos y muchas cosas les enseñó pero él sabía que debía informar de esto a los demás valar pues todos se encontraban expectantes y esperaban con ansias la llegada de los primeros nacidos, los hijos de Ilúvatar a quienes habían visto todos los valar en la música de la AINULINDALË[2] y que los amaron y anhelaron desde ese momento. Entonces Oromë decidió abandonar a los elfos y prometió volver pronto y en verdad nunca había exigido tanto a su caballo nahar pues la prisa y el júbilo solo eran superados por el temor de que en su ausencia Melkor atacara. Ahora bien, después de informar de la situación a los demás valar se despidió y regresó pronto a morar con los elfos y gran alivio sintió al ver que en su ausencia no habían sufrido los elfos más desdicha que la incertidumbre de la ausencia de Oromë.
Ahora bien, en el consejo de los valar Manwë[3] dijo:
–Este es el consejo de Ilúvatar en mi corazón: que
recobremos otra vez el dominio de Arda a cualquier precio y libremos a los Quendi de la
Sombra de Melkor–. [4] y esta determinación desencadenó la batalla de los poderes, que enfrentó las fuerzas de Valinor y las de Utumno y significó la ruina de esta última.
Poco después de tomar la resolución Todos los Valar se prepararon para las acciones; se decidió que solo Manwë y Varda[5] y pocos de sus sirvientes se quedaran en el reino bendecido pues sobretodo ellos entre los valar podían tomar acciones y contemplar todo desde la distancia. El ejército de Valinor era comandado por Tulkas el más poderoso guerrero de entre los valar y con él acudieron Aulë, Ulmo, Yavanna, Nienna, Estë, Vairë, Vána y Nessa Pero Mandos y Lorien se negaron a acudir pues sus funciones les demandaban mantenerse lejos de las batallas y cuidar que el equilibrio no se rompiera por los espíritus que desencarnaran.
Tulkas y los demás Valar fueron acompañados por cerca de tres mil espíritus maiar y entre ellos estaban Eonwë como comandante de una vasta compañía y en su típica función de heraldo de Manwë y Ólorin que en edades posteriores desempeño un importante papel junto a los hijos de Ilúvatar y otros maiar conocidos como Melian, Curunír, Radagast (Aiwendil), Pallando y Alatar.
El ejercito de valinor desembarco y rápidamente se puso en movimiento hacia Utumno, ya antes los espias de Melkor habían visto venir la vorágine y Melkor sobreestimando su fuerza envió a sus huestes desde angband comandadas por Sauron y miles de Balrogs pues en los tiempos de esplendor Melkor logró corromper a numerosos maiar. Ahora bien el ejercito de Valinor pronto se organizo y se formó y llevaban altos estandartes y armaduras y espadas fabricadas por Aulë de un poder poco visto en la tierra media; Pero Tulkas iba con las manos desnudas como acostumbraba pues por su fuerza no necesita emplear ningún arma y su coraje y atrevimiento no tienen igual en toda arda.
Los dos ejércitos se encontraron a pocos Kilometros de la Fortaleza de Angband donde se acantonaba Sauron. Al tener contacto visual muchos de la hueste de Melkor dudaron pues al frente del ejercito de Valinor estaba Tulkas el fuerte que reia amenazante y fue él irreflexivo como siempre quien dio el primer grito de guerra y se lanzo de frente seguido por multitudes de Maiar, Pero Aulë se quedó detrás y Ulmo contemplaba la escena desde un lago, cuando Tulkas llegó golpeó a un balrog tán rápido que su látigo de fuego nunca lo alcanzó y tan fuerte que el Balrog voló cientos de metros, mientras el resto de la compañía chocaba; grandes y poderosos eran los guerreros de ambos bandos pero de mayor fuerza los integrantes del ejército valironeano; Curunír tomó parte muy activa, como nunca más hizo[6]; A ruidoso latigazo de fuego lo esquivo con rapidez saltando y blandiendo una espada plateada hirió profundamente a su enemigo que quedo congelado y se desplomó, Otro Balrog lanzó una estocada mortal con una espada cubierta en llamas pero Curunír la detuvo con fuerza con su propia espada y al choque del frio con el fuego ambos combatiendes fueron lanzados lejos para levantarse pronto y correr uno hacia el otro; El Balrog lanzado un gruñido se acrecentó sus flamas se volvieron aún más intensas y formaron alas para darse impulso pero Curunír no se amedrentó y con furia y rapidez, en alto la espada grito: ¡Aulë etin valarekar! (Desaparece por Aulë Valaraukar) y ambos se golpearon pero la espada de curunír penetró ampliamente en la horrible frente del demonio y Curuní fue cubierto en llamas quedando herido de la pierna derecha pero el Balrog petrificado, Curunír fue auxiliado por Ulmo que llevo aguas para extinguir el fuego y ayudó a curar las heridas, que aunque no fueron del todo sanadas en el momento si permitieron que curunír se mantuviera en la lucha.
Ahora bien Eonwë y el grueso del ejercito Valironeano se lanzo de frente detrás de Tulkas con la intención de barrer rápidamente a sus oponentes y Eonwë hizo grandes hazañas que le dieron el titulo de “el más hábil en todas las armas” pues con furia manejaba su larga hacha de plata de dos puntas manejándola tan rápido como si de una espada se tratase y cuando un balrog logró romperla y derribar a Eonwë él aun en el suelo y mirando directamente a su enemigo tomó como un rayo el arco en su espalda y colocó una flecha en el brazo del balrog causando que el latigo le fallara y fuera totalmente desviado del camino a Eonwë sin hacer caso al dolor el Valaraukar lanzó un duro golpe de espada a Eonwë y Eonwë lo recibió con el escudo que se rompió pero dio tiempo a que el maiar fulminara a su rival de un certero golpe con una mangual de una sola bola con cabeza dorada.
Ahora bien, pronto comprendió Sauron en el campo de batalla que nada podría hacer para enfrentar a tan formidable ejército y se disponía a ordenar la retirada pero no sin despedirse; Alzó ambas manos y una tormenta de relámpagos azoto el campo de batalla e impacto a muchos de los maiar; Pero Aulë reunió a un pequeño grupo de maiar y rodeo el campo de batalla por el flanco izquierdo buscando llegar hasta Sauron, entonces Sauron mandó a sus guardias al encuentro de la comitiva y empezó a dictar un encantamiento para frenar el avance y poder escapar; pero Melian que se encontraba en la compañía de Aulë respondió al encantamiento y parecía que el aire mismo se convertía en un campo de batalla con las palabras de Sauron y Melian y el ambiente se volvió denso y pesado y quienes quedaba atrapados en ese espacio quedaban confundidos y perdían la razón; Pero Melian resultó más fuerte que Sauron en las artes de la hechicería y lo venció empujándolo como por un viento huracanado, y sauron entonces hizo tocar la retirada y todos los integrantes de su ejercito huyeron en desbandada hacia utumno, y los que no lo lograban caian en la furia de Tulkas. El campo de batalla quedo muy destruido pues era tal la fuerza de los beligerantes que grandes huecos fueron abiertos en la tierra y muchos de ellos fueron llenados por el agua de Ulmo y muchas grandes rocas alzó Aulë para sepultar Balrogs formando nuevos montes. Asi culminó la primer batalla de la guerra de los poderes, de la cual vencieron los valar con apenas cuarenta y dos bajas contra mil doscientos caidos en el bando de Melkor. Ahora bien, el plan de los valar era sobre todo proteger a los quendi; por eso casi todos los Valar fueron al este hasta Cuivénen; Aulë, Ulmo, Yavanna, Nienna, Estë, Vairë, Vána y Nessa se apresuraron al encuentro de Oromë quien seguía morando con los quendi, y acompañados por una pequeña compañía de Maiar montaron guardia en un circulo de protección para los elfos.
Ahora bien, éste era el aspecto que tenían los integrantes del ejercito valironeano ante los ojos de los elfos: Los soldados Maiar median poco más de dos metros y parecían jóvenes elfos en la plenitud de la vida pero más altos y de mirada más poderosa aún; pues por el breve lapso en que los Ainur[7] tuvieron la visión de los hijos de Ilúvatar pudieron copiar su imagen y la tomaron pues la consideraron perfecta y confiable ante los ojos de los elfos; Pero los Valar eran aun más majestuosos teniendo una estatura de poco más de cuatro metros y majestades enormes. Y cada uno con un aura que denota su poder en arda. En Cuiviénen Oromë se despidió de los elfos y marcho sólo hacia utumno para ponerse al frente de su ejército y unirse a la batalla, de tal forma que fueron sólo dos los valar que fueron al encuentro de Melkor: Tulkas y Oromë pero avanzada la batalla y casi al final se les unió Ulmo.
Cuando la vanguardia del ejército estaba cerca de utumno Melkor estaba ya listo para la embestida e hizo que la tierra se abriera y vomitara roca fundida penoso fue el fin de cientos de maiar que fueron atrapados por el ataque sorpresa, pero esto no desanimo a los capitanes y continuaron con más furia hacia utumno.La primer entrada en a la fortaleza oscura se hallaba en una garganta de desfiladeros, y un grupo de Balrogs custodiaban la inmensa puerta de roca caliza. Pocos de los miles podían entrar en la garganta y eran rápidamente emboscados por el fuego de los Balrogs; Pero Tulkas atrevido como siempre se adelantó y lucho con ellos y detenía los latigazos con sus manos y las espadas flamígeras no lo afectaban y con sus propios puños hizo pedazos la gran puerta logrando así pasar todo el ejercito por la estrecha garganta; pero dardos y grandes rocas eran lanzados por las defensas de Utumno y muchos de entre los Maiar cayeron ese día; Pero Oromë en compañía de Radagast y sus jinetes se hicieron cargo de los arqueros y el caballo de Oromë daba saltos tan prolongados que parecía volar por los aires y Oromë hizo sonar su cuerno el Valaróma haciendo que todos los dardos y objetos lanzados fueran desviados y sumergiendo a quienes los lanzaran en una alocada desesperación.
Ahora bien, Melkor se sintió frustrado por los fracasos de los suyos y la inminencia de su caída y odio sobre todo a los elfos, pues sabía que esta guerra era por ellos, luego ordenó que las nuevas criaturas orcas junto con el capitán Zergë fuera dispuestos en una cámara oculta y luego él mismo los hechizo para que durmieran largo tiempo y parecieran piedras, luego selló la entrada y dispuso a un Balrog de centinela desde adentro, Su plan: En caso de que él cayera sus semillas de odio germinarían mucho tiempo después y saldrían al mundo y se multiplicarían como en realidad sucedió.
Pero ordenó que todos sus capitanes se prepararan para la batalla y él mismo busco su arma favorita: El gran Martillo Grond capaz de derribar montañas y hacer polvo cualquier cosa.
Ahora bien, cuando de la tierra salió lava Oromë se preocupó y dirigió pesados esfuerzos para que no afectaran a la tierra o a los elfos y quedó distraído de la lucha junto con gran parte de su hueste.




CONTINUA EL PRÓXIMO LUNES 30 DE JULIO

[1]  El Valaróma: “este cuerno es como el
ascenso del sol envuelto en una luz escarlata o el rayo que atraviesa las nubes” J. R. R. Tolkien (1977). El Silmarillion. Madrid: Minotauro. ISBN 84-450-7139-4. P.15

[2] Leer el Índice de nombres
[3] El más alto de los dioses, véase índice de nombres.
[4] Tolkien, J. R. R. (1984). El Silmarillion. Ediciones Minotauro. ISBN 84-450-7139-4. P.29
[5] Valier esposa de Manwë y creadora de las estrellas.
[6] Curunír es el nombre del Maiar  conocido como Saruman, que posteriormente se haría enemigo de los pueblos libres y aliado de Sauron por codicia.
[7] Nombre de los espiritus que creó Ilúvatar a partir de su pensamiento y entre los cuales estaban los Valar y los Maiar.http://www.elfenomeno.com/info/ver/20185/titulo/eonwe

Nota extra y ATRACTIVA:
Si llegaste a esta página buscando una receta de ensalada de berenjenas y google te trajo aquí (?) Para enmendar tu extrañeza sírvete en ver la foto de la chica linda de hoy. Una Morning musume, Junjun:



 Nos leemos luego y ya déjense ahí o les saldrá lepra.

P.D Tal parece que los astros por fin se alinearon, parece que hallé la horma de mi zapato  y por raro que parezca parece que este picosito ya tiene dueña, se me hace raro decirlo pero así es, este picosito esta apartado, reservado para una chica encantadora. Daniela espero que este inicio lleno de encantos, se mantenga y alargue, y muchas gracias por todo lo que hasta ahora ha sido. Y ustedes lectores metiches, dejen de pensar en que soy cursi o su vesícula biliar estallará en una bocanada burbujeante de bilis. Por lo pronto me declaro ocupado en asuntos de pareja, si alguna estaba interesada, favor de sacar ficha y turno, pero eso si, sera como turno del IMSS, un turno muy retrasado con amenaza de no llegar nunca, perdido en los vericuetos de la burocracia.

lunes, 16 de julio de 2012

Historias perdidas de Arda. 1.1 De los orcos


1.1 De los orcos

Preludio del autor picosito:

Como ya había mencionado, la intención mía era dar explicación a los misterios que de la obra de Tolkien surgen, misterios irresolutos. En este caso abordo el misterio de los Orcos ¿como se reproducen? ¿hay mujeres orco? De esto en los libros de Tolkien nada se dice, y sin embargo en toda la obra los orcos se multiplicaron, fueron diezmados y se multiplicaron y así muchas veces hasta la derrota final de Sauron. También el relato oficial de donde surgieron los orcos es bastante opaco, mencionando solo que antes eran elfos y que Melkor los corrompió, así pues, éste episodio narra cómo me hubiera gustado a mi que hubieran sido las cosas. Añadiendo detalles y personajes de mi entera creación.


Ahora bien, suficiente tiempo paso de ésta orden, pero no demasiado como para que muchos de los prisioneros dejaran de existir en arda y ya ninguno era como antes, solo Ziringwë conservaba un poco de la majestad que tenia antaño; Entonces recibió de nuevo una visita de Melkor, éste con su habitual vestimenta de cruel tirano y llevaba consigo un recipiente con un liquido negro que burbujeaba y sacaba vapores escarlatas, Melkor ordenó que se inmovilizara a Ziringwë en la máquina de tortura destinada a aplicar aplastamiento, aplicando peso en sus hombros al mismo tiempo que un balrog[1] empujaba su cintura hacia arriba y otros ayudantes sostenían firmemente sus miembros, en ese terrible estado se acercó Melkor y pronunció un hechizo en un idioma desconocido e indescriptible durante el cual aplico de manera violenta el liquido purulento que cargaba obligando a beber a Ziringwë y finalizando las palabras del hechizo; Ziringwë nada pudo hacer y en poco tiempo cayó de bruces al ser soltado. Su mirada perdida y ausente, su temperatura corporal bajó hasta parecer casi un cadáver, su espíritu debilitado luchaba por conservar la lucidez pero ya nunca más pudo hablar ni maldecir a sus captores pues aquel fatídico día que cerró sus ojos lo hizo para siempre, y cayó sumergido en un sueño de pesadillas y quedó semiinconsciente incapaz ya de defenderse y perdiendo poco a poco la luz.

Este evento fue ante los ojos de Sauron, Azeereg, Gothmog y otros sirvientes de alto rango del trono oscuro, con la finalidad de que aprendieran el proceso pues debían repetirlo con todos y cada uno de los demás prisioneros, Melkor lo hizo personalmente en Ziringwë pues era el más fuerte de todos los cautivos y el que era más difícil de convertir, las palabras del hechizo y la sustancia del liquido ni siquiera Sauron sabia de donde habían salido, pero pensó que su señor las había aprendido y creado desde un sitio muy lejos de arda. Pues Melkor en esos momentos había estado ausente de Utumno y nadie sabía donde había ido ni el porqué de su infrecuente abandono de Utumno.

Ahora bien, Melkor delegó la función de convertir a los desgraciados a sus capitanes, y todos repitieron la cruel faena una y otra vez con los prisioneros; los sometían y una y otra vez pronunciaron a modo de canto religioso los siguientes versos de los cuales solo Melkor y Sauron en toda arda conocen su significado:

Lebenum arsaara
Etvenerum etsuruba
Hirsata cuparane
Epsen licorus orcus
Epsen locorus orcus
Ibídem ibídem
Ardaris ëalenibun
Uptan licorus orcus ne
Uptan licorus orcus sue
¡Aiur!

En cada caso los prisioneros perdían la conciencia, pues el liquido negrusco apagaba el fuego de su alma, y el hechizo la desataba de su ser, en cada caso los prisioneros se quedaban en el suelo boca abajo, y su piel se ennegrecía, el cabello se caía y el poco que quedaba se hacía cada vez más grueso, sus ojos se tornaron negros por completo, como los ojos de los roedores, las heridas de las torturas y latigazos se abrían y crecían en lugar de sanar y cerrarse y sus cuerpos una vez hermosos y armónicos se deformaban en cada ser de manera diferente pero en todos de manera visible y horripilante. Tiempo después los nuevos seres se levantaron y anduvieron y hablaron y no eran ya elfos pues a pesar de que no murieron el hechizo hizo que sus voluntades empequeñecieran a niveles ínfimos, más pequeñas incluso que las voluntades de las criaturas denominadas Kelvar[2] por eso sus voluntades eran suplidas por las voluntades de sus amos, y por eso cuando sus amos caían en combate las huestes de orcos sufrían confusiones y perecían. Triste fue el final del elfo Ziringwë pues fue el último en convertirse en orco pero al final por la fuerza cayó, pero su cuerpo no dejo de ser virtuoso y se convirtió en el primer capitán orco de la historia y fue rebautizado como Zergë

 Así nacieron los orcos, así fue como Melkor los crío y en verdad en todo son mofa y antónimo a los elfos y sus más fieros enemigos. Pero fue la burla de Melkor lo que propició su derrota, pues al hacer a los orcos lo contrario a los elfos los volvió más débiles que éstos y mucho menos hábiles con las armas y el combate; Pero Melkor uso gran parte de su poder para insertar en ellos un profundo y total odio hacia todo lo tenga vida sea inteligente o no e incluso a los que son  de su mismo linaje, por eso necesitaron siempre de un líder que controlara sus acciones y evitar traiciones desde las grandes compañías hasta pequeños pelotones, necesitan por fuerza un cabecilla  que dirija sus acciones cosa que como se vio en edades posteriores restaba eficacia a la armada orca

Ahora bien, como es sabido no existen mujeres orco y durante miles de años los sabios de los elfos, enanos y hombres se intrigaban de cómo podían reproducirse los orcos en cantidades desbordantes siendo que jamás había sido encontrada una mujer orco o un niño orco ni siquiera en las cuevas o fortalezas de estos y muy pocos de entre los sabios supieron luego que en los días oscuros cuando Melkor aun reinaba en Utumno y sucedieron los eventos de la conversión de los elfos cautivos, pocas fueron las mujeres elfo que fueron capturadas en un principio y todas murieron durante las torturas de días posteriores; cuando sauron con la vestimenta de cazador lograba apresar una mujer ésta perecía de pena en las mazmorras al ver el terrible estado de sus acompañantes y su desgraciado e inminente futuro; Pero Melkor saltó el obstáculo con astucia y malicia pues en la corrupción de los elfos y usando su poder de vala modificó los cuerpos de los futuros orcos logrando que cada uno sea capaz de reproducirse de manera asexual y supo Melkor que un orco por sí mismo por su total ausencia de amor hacia los demás nunca iba a querer reproducirse ni crear más seres por su propio gusto y menos cuidaría a los vástagos pues un orco no busca nunca el bienestar de nadie más que de sí mismo. Siendo provisor y astuto Melkor hizo que los orcos tuvieran un órgano especial ubicado en la parte donde el cuello se conecta con el tronco éste órgano alberga una semilla con un nuevo orco y necesita de sangre y carne fresca para desarrollarse por eso Melkor hizo que los orcos frecuentemente necesitaran alimentarse al sufrir de un voraz apetito y cuando un orco se alimenta hace que los nutrientes necesarios pasen por su glándula reproductora ésta reserva para sí parte del alimento sin que el orco se de cuenta y al paso del tiempo y cuando el huevo orco está maduro la glándula se hincha de tal manera que el orco pierde el habla y le cuesta respirar y vomita aliviándose así la inflamación y soltando sin querer un huevecillo del tamaño de una castaña que queda rápidamente enterrado y a los pocos días emerge un trasgo; un orco un poco más pequeño que los demás pero que en muy poco tiempo alcanza la estatura orca promedio y se une a las legiones en busca de alimento, por eso nunca se ha visto mujer o niño orco ni esta raza tiene linajes ni castas familiares.
Ahora bien, los elfos, también llamados Quendi por los mas letrados, son seres inmortales, desde que nacen tienen el don de ser eternos y estar atados al mundo y solo la violencia o la pena pueden hacerlos expirar, y los orcos al ser antaño elfos y descender directamente de los padres de los elfos se piensa que también gozan de inmortalidad; pero nunca un orco ha vivido demasiado, pues han perecido hasta casi extinguirse en cada guerra entre sus amos Melkor y Sauron ante los poderes o los pueblos libres e incluso en los oscuros años donde la oscuridad dominó el mundo muchos morían por sabotajes y traiciones y escaramuzas propiciadas por la codicia y el egoísmo.
Caso distinto es el de los Orcos Uruks, pues ellos fueron modelados por Sauron con la finalidad de fortalecer los ejércitos oscuros y de proporcionar cabecillas al grueso de las huestes del señor oscuro, pero sauron se sirvió de cuerpos humanos para crear a la raza Uruk y éstos son más fuertes y resistentes y leales y relativamente más inteligentes, pero tienen como debilidad temer más a la muerte que sus pares los orcos “comunes” como suelen temer los hombres.

Ahora bien, como se cuenta en el Silmarillión; Pocos años después de sucedidas éstas cosas el Vala Oromë[3] encontró el campamento de los elfos y su prescencia ahuyentó a Sauron y sus huestes, pero la llegada del poderoso señor, montado en su caballo Nahar confundió al principio a los elfos que pensaron que se trataba del terrible cazador (Sauron) y muchos huyeron y se escondieron situación que aprovecharon las fuerzas oscuras para capturar los últimos rehenes. Cuando los elfos vieron el rostro de Oromë y el color de Nahar vieron que era distinto y Oromë los amo y se quedó con ellos un tiempo invitándolos luego a ir a morar con los otros valar. Y provocó la caída de Utumno


[1] También llamados Valaraukar, fueron en principio espíritus Maiar convertidos en demonios por el poder de Melkor. J. R. R. Tolkien (1977). El Silmarillion. P. 17 Madrid: Minotauro. ISBN 84-450-7139-4. P.12

[2] Nombre que la diosa valier Yavanna dio a los animales de la naturaleza que ella misma creo. J. R. R. Tolkien (1977). El Silmarillion. Ediciones Minotauro. ISBN 84-450-7139-4 P.25
[3] J. R. R. Tolkien (1977). El Silmarillion. Madrid: Minotauro. ISBN 84-450-7139-4. P.23


Recuerden que el próximo lunes 23 de julio sale el siguiente episodio
Links:
Historias perdidas de Arda Introduccion (para ver de que trata)
Historias perdidas de Arda 1. De los orcos (primer episodio)



Nota Extra y Atractiva:
De seguro ya extrañaban esto ¿verdad pillines? ¡Si! dejen de poner esa cara de piraña y vayan por su babero pues les reparto una foto de mi súper amiga Diana, la que antes he puesto en mi blog, vean y déjense ahí. Y para los nuevos explico de nuevo; esta sección es para aquellos "náufragos de google" que buscando cualquier cosa en el santísimo buscador caen en la desgracia de terminar en ésta página, a todos nos pasa, a mi también. Así que siendo consciente y padeciendo la misma enfermedad he decidido insertar algo para ellos, una foto de una chica linda, ya sea amiga mía, ya sea actriz modelo o cantante, el caso es que al llegar aquí no solo sea decepción lo que se encuentre y que la belleza que por las pupilas entre de felicidad a los perdidos. Ciertamente si se trata de una naufraga y no de un náufrago se podría decir que ya se fregó la cosa ¡pero nadie es perfecto! Sin más vean a Diana:


Diana belleza mexicana. Según las estadísticas del blog veo que son más populares las imágenes de chicas lindas con lentes oscuros, así que les reparto otra de una lindura con lentes.

                                                                             ¡Adios!

lunes, 9 de julio de 2012

Historias perdidas de Arda 1. De los Orcos


De los orcos
C
omo se cuenta en elsilmarillión la raza inmunda de los orcos nació en los díasantiguos cuando los elfos despertaron en cuiviénen en la edad de los árboles, la tierra media estaba prácticamente abandonada por los valar -salvo por Yavanna,  Oromë y Ulmo- por eso Melkor fue el primero en hallarlos, Sabiendo de los planes de Ilúvatar y del despertar de sus primogénitos, Melkor con inteligencia y Malicia esparció a sus sirvientes; espíritus maiar corrompidos y hasta criaturas de la naturaleza que, corrompidos y cambiados ya lo servían como espías y centinelas, aguardando y acechando esperando el despertar de los quendi, Melkor pensaba que si llegaba antes a los primeros nacidos antes que los valar, podría con mentiras y manipulaciones convertirlos a su causa y llevados a la oscuridad pasarían a ser sus vasallos tal como cayeron los maiar antes, eso planeaba Melkor, y en verdad si hubiera logrado su objetivo amarga hubiera sido la historia. Ahora bien, cuando los elfos despertaron, pasaron un tiempo sin ser descubiertos por los sirvientes de Melkor, tiempo que hizo que maduraran los corazones de los padres de los elfos, y sin embargo los elfos como se demostró después no pueden ser sometidos ni convertidos a la causa de Melkor. Ahora bien después de ser descubiertos Melkor mismo se presentó y mientras se acercaba a las montañas de orocarni, las montañas del este, escuchó una melodía, una tonada salida de muchas y bellas voces, pues los elfos al principio no habían ideado instrumentos musicales pero su pura voz ha tenido desde siempre una exquisita musicalidad y en la distancia aún sin ser descubierto Melkor entendió que los quendi tenían más poder del que imaginaba, en la sencilla pero armonica y sutil música que de los elfos manaba Melkor recordó como por una visión la Música de los Ainur y pensó Melkor que Ilúvatar puso en ellos alguna chispa de la llama imperecedera y que los elfos no podrían ser manipulados. Esto llenó de envidia y miedo a su negro corazón, la envidia, como es común, se convirtió en odio, Entonces Melkor que hasta ahora se acercaba al campamento de los elfos con un cuerpo de sabiduría y agradable a la vista, se convirtió con su poder en una horrible criatura, un centauro, Alto y de mirada terrible, su figura irradiaba una poderosa negrura que hacia flaquear la luz de las estrellas a las que veían y cantaban los elfos, esto desanimó a sus corazones y desorientados dejaron de cantar; entonces con un gran salto Melkor se acercó a ellos y con una expresión de extremo rencor los asustó, los elfos que hasta ese día nunca habían visto ni conocido de maldad alguna trataron de escapar en todas direcciones, y Melkor con velocidad dio alcance a muchos, los primeros en ser alcanzados se desfallecieron, otros fueron asesinados por la furia de Melkor pero la mayoría logró escapar y se ocultaron en los alrededores, bajo árboles o sobre ellos e incluso dentro de las aguas de cuiviénen.

(En él me inspiré/imaginé Motaro un personaje de Mortal Kombat y si ya se, es una jalada)

 Ahora bien, los cuerpos de los elfos desmayados o muertos fueron presa de Melkor, que después de analizarlos convocó a sus sirvientes que estaban cerca y ellos llevaron los cuerpos a la ciudadela secreta de Melkor: Utumno la maldecida, Utumno la sangrienta. Los cuerpos sin vida fueron desmembrados y su sangre sirvió para crear poderosas pociones y para la hechicería de servidores de Melkor como Sauron o  Gorthaur el Cruel como luego se le conoció entre los elfos. Pero los demás despojos fueron alimento de carroña para lobos y demás criaturas que en ésa edad abundaban en las estancias de Melkor. Ahora bien, los que fueron llevados con vida a Utumno despertaron de una pesadilla para llegar a otra mucho peor; fueron lanzados a las mazmorras de Utumno y Melkor puso toda su atención en un prisionero que demostró mayor poder y gallardía, el único que afrontó el terror y trató de parar al monstruo de cuatro patas, el primer hijo de ilúvatar en enfrentarse con un Valar, Ziringwë se llamaba y era hermano menor de Ingwë quién en edades posteriores se convirtió en el rey de todos los elfos. Ziringwë fue valiente y sin embargo poco pudo hacer para parar la arremetida del Centauro, sin otra arma que sus manos y su valor Ziringwë solo pudo lograr que la fiera se retrasara y muchos de los elfos pudieran huir, pero el precio fue demasiado caro pues con un certero golpe en la cabeza Melkor lo dejo inconsciente, ésta acción heroica y de sacrificio de las primeras que se tengan registro todavía se canta entre los eldar. Ahora bien, en la mazmorra de Utumno Melkor interrogó a Ziringwë y éste se maravilló de que Melkor pudiera comunicarse con él con palabras pues los primeros elfos jamás habían encontrado otra criatura que se comunicara con palabras; sin embargo Melkor no hablaba en sí el primitivo idioma de los elfos, sino que se comunicaba directamente a la conciencia del ser. Cuando Melkor con otra forma corpórea le preguntó a Ziringwë de la comunidad elfica, de cuantos eran y de a quien seguían, Ziringwë pudo percibir la malicia del corazón de su interlocutor, y comprendió que no era otro que el salvaje centauro, entonces Ziringwë se negó a hablar y aún encadenado trató de asestarle un golpe a su captor, conformóse Melkor, lo dejó solo en la mazmorra y se puso a meditar sobre qué hacer con los elfos. Los demás cautivos se hallaban en mazmorras aparte y muchos de ellos estaban juntos pues los sirvientes de Melkor pudieron traer con vida a tres docenas de desgraciados, ahora bien, desde la Ainulindalë ningún vala era capaz de crear complejas formas de vida, seres que pudieran crear, discernir, o expresarse con palabras, fue entonces cuando Melkor recordó como había creado a los lobos asesinos y los árboles traicioneros; siendo criaturas originalmente benignas y creadas por Yavanna fueron después secuestradas por el malvado Melkor y supliéndoles sus espíritus insertó en ellos espíritus de fantasmas y demonios a su servicio. Sin embargo los elfos eran demasiado fuertes de mente y cuerpo y suplirles los espíritus sin matarlos no era posible, mucho tiempo estuvo Melkor en su trono oscuro de Utumno cavilando como subyugar a los elfos antes de que fueran encontrados por los demás valar. Durante este tiempo los prisioneros elfos fueron sometidos a malos tratos pues nunca antes los moradores de la ciudadela de utumno habían tenido prisioneros de éste tipo; al ver que uno de los prisioneros comenzó a cantar para dar fuerza a sus compañeros uno de los centinelas lo silenció con rapidez y rencor propinándole tal golpe en el vientre que nunca más el aire volvió a entrar suficientemente en el elfo obligándolo a mantenerse permanentemente en el suelo y con poca capacidad para hablar, obligado a abandonar las esperanzas. Las mazmorras estaban cientos de metros bajo tierra y privados de toda luz los prisioneros con el tiempo fueron perdiendo la fuerza de cuerpo y de espíritu; entonces Melkor sabiendo esto ordenó que a cada prisionero, todos los días fuera martirizado, físicamente eran lastimados doblando sus extremidades en posturas anormales, forzando a los compañeros a contemplar la escena bajo amenaza de un cruel látigo de llamas, sus cabellos eran duramente sujetados y jalados de tal manera que eran arrancados de un tirón, sufrían amplias quemaduras con metales líquidos y más aun sus mentes eran frecuentemente atacadas por fantasmas que con ilusiones e imágenes terribles hacían de la desesperanza un obstáculo para cualquier momento de descanso, tan tétricas y salvajes fueron las primeras torturas que muchos prisioneros murieron por las heridas y los que sobrevivieron a los pocos días perdieron la razón e incluso los recuerdos de la vida tranquila que antes tuvieron. Ahora bien, después de mucho tiempo el grupo de elfos cautivos disminuyó de tal manera que una de las mazmorras había quedado vacía. Entonces Melkor encomendó a su más alto lugarteniente Sauron, que tomara forma de un poderoso y oscuro jinete y en cada jornada hiciera ruidos y esparciera oscuridad y espanto y secuestrara por lo menos a dos elfos más, los que estuvieran más alejados o los que se atrevieran a alejarse demasiado del campamento ubicado cerca de las lagunas de nacimiento. Así fue como Sauron y sus ayudantes fueron acrecentando el número de los desgraciados.
Al paso de largas jornadas los elfos en las mazmorras habían sido totalmente disminuidos al grado de que incluso podría dejárseles con las puertas de las prisiones abiertas, y ellos nada hacían, pues cualquier ser en Arda o fuera de ella, que sea abandonado hasta por si mismo y renuncie a cualquier esperanza no puede ya obrar nada, ni tener voluntad ni razón, se convierte en un ser sin ser un muerto en vida. Pero Sauron al sentirse aburrido por la monotonía de sus funciones fue al oscuro trono de su amo y le habló arrodillado:
Poderoso señor Melkor, todas los días he traído miserables como haz ordenado y las mazmorras vuelven a estar como antes, nuestro capitán Gotmog trabaja en las torturas y mi ayudante Azeereg se encarga de sembrar las pesadillas en sus mentes, pero no comprendo gran señor el objeto de estas acciones, si te es posible revela la finalidad a este fiel seguidor tuyo.
  Melkor cerró su mano bajo su mandíbula y dirigió su mirada a Sauron, su mirada profunda, grave, inmensa y terrible que solo Sauron y unos cuantos más podían soportar
—Todo lo que ellos hacen, lo que los poderes obran[1] todo lo que dictan ha de ser reescrito. Pero nada hacen bien y su pequeñez mental es denigrante, pero estos seres no fueron creados por ellos sino por el único[2] por eso es mi intención crear nuevos seres a partir de ellos, igual como reformé a modo de burla los árboles y demás criaturas de Yavanna[3] si estos seres parlantes son hermosos yo los haré aberrantes, si son capaces de crear música yo los haré temer cualquier tipo de canción, si tienen ojos luminosos yo haré que solo la oscuridad salga de ellos y si son altos haré que sean bajos y toscos, ahora ve y haz que a cada prisionero se le haga sufrir de  aplastamiento de tal manera que poco a poco tengan menos estatura.


[1] Los valar
[2] Ilúvatar el dios absoluto, creador de los dioses menores denominados “los valar”
[3] La Valier encargada de la naturaleza. 

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Nota:
El próximo lunes 16 de julio de 2012 se publicará la continuación.


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