iLachina Comedia Descomposición 3

Descomposición 3 Por aquí se llega a la ciudad del llanto. A los reinos de eterna penuria. Y de martirios inmortales. El que cruce esta puerta... ¡Que renuncie a toda esperanza para siempre! Estas palabras estaban escritas con macabras letras negras en la puerta de entrada y dije sorprendido: -Maestro, me asusta lo que dice ahí. Y él que se dio rápidamente cuenta de mi terror respondió: -Aquí es conveniente no tener temores, no caer en el desanimo y no desvanecer en el terror. Ya llegamos al sitio del que te había hablado donde verás almas sufriendo. Y después jalándome de buena manera para que me deshiciera de mis dudas. Entramos en aquella cavernosa puerta. En la oscuridad allí reinaba, se oían ayes, lamentos y quejidos que enternecerían a cualquiera. Diversos lenguajes, blasfemias, gemidos de dolor y gritos de furia, sumado a movimientos de manos desesperados[1] produciendo un espeluznante sonido que siempre se escucha en ese lugar, eternamente agitado. Yo compadecido dije: -Maestro ¿Qué es ese sonido? ¿Quiénes hacen estos ruidos? -de esta forma se quejan los desdichados que vivieron sin pena ni gloria aquellos cuya existencia no significo nada para el mundo ni para sus cercanos tan indecisos que no sirvieron a los Ángeles de dios, y tan indignos que ni las huestes del infierno los aceptan, Siempre se han mantenido indecisos- Respondió iLacho con serenidad. y yo agregué: -Maestro ¿Qué es lo que hace que se quejen tanto?- Y el contestó: -Te lo diré de manera breve y fría, estos no tienen esperanza ni siquiera de morir su mente es tan mínima que incluso envidian a los demás condenados de los otros círculos del infierno. El mundo no conserva memoria de ellos. No hace falta decir más, míralos y sigamos adelante. Eso hice, y vi una multitud de gente, reconocí algunos; vi la sombra del que por nula voluntad hizo la gran renuncia [2]. Rápidamente entendí que ellos eran despreciados por Dios y por sus enemigos. Ellos iban totalmente desnudos y eran constante y rudamente picoteados por diversos tipos de insectos voladores, muchos de los cuales no ha visto nunca el mundo. De los agujeros que dejaban los aguijones saltaban chorros abundantes de sangre ennegrecida que al tocar el suelo lleno también de lágrimas era consumida por gusanos repulsivos. Más allá pude ver más almas a la orilla de enorme un río e instantáneamente pregunté: -Maestro ¿Quiénes son ellos que tanta necesidad tienen en cruzar ese río, cual es el motivo de su prisa? -Eso te lo contestaré precisamente cuando lleguemos a ese río llamado Aqueronte pues nuestro camino nos obliga a pasar por ahí- Respondió el. Avergonzado y temiendo hacer preguntas que pudieran molestar a mi guía dejé de pronunciar palabra alguna hasta que llegamos al citado río. Cuando lo hicimos vimos venir hacia nosotros una barca con un viejecito peludo que gritaba con entusiasmo de joven: -¡Ay de ustedes, Almas perversas! No esperen nunca ver la gracia del cielo, yo vengo para llevarlos a la otra orilla donde se encuentra el fuego y el hielo eterno. Y tu que estas aun con vida, alejate de entre los muertos, tu debes tomar otro camino y otra barca. Entonces iLacho intercedió: -Caronte, deja tu irritado semblante: este que me acompaña esta aquí por que así lo quieren allí donde moran los que lo que quieren lo pueden. Y no preguntes más. Con esto el barbudo viejo se tranquilizó, Pero no las demás almas desnudas que fatigadas y apretando los dientes empezaron a blasfemar, de sus padres, de Dios, del lugar donde estaban, de todos los seres humanos y de su nacimiento mismo. Para luego dirigirse llorando a la orilla donde Caronte hacia que subieran a la barca golpeando con su remo a los mas retrasados, Cuando cruzaban las negras aguas se llenaba la orilla de nuevo de más desgraciados en espera de cruzar el maldito río. -Aprendiz mío- dijo el cordial iLacho[3] – Todos los que mueren y al momento de la muerte son indignos llegan aquí, de todos los países del mundo, movidos por un pavor tan grande que se ha convertido en un anhelo. Lo justos no pasan jamás por aquí. Por eso Caronte se irrita tanto contra ti. Cuando hubo terminado de decir esto, el lugar tembló de tal manera que todavía sudo frío al recordarlo. En esa tierra de lágrimas hubo un relámpago de color extraño que trastorno todo mi ser y caí desmayado. [1] Para ahuyentar a los insectos. [2] Pedro Lascuráin. Para saber de él entra en el link de la palabra renuncia o aquí. [3] Contestando la pregunta anterior que hice sobre las personas que estaban en el río. Notas: ver aquí la ILachina comedia descomposición 1 ver aquí la ILachina comedia descomposición 2 _______________________________________________________________________________________ Punto y muy aparte... Hablando de otras cosas radicalmente distintas, en los periódicos de Morelos salió la noticia de que los microbuseros (que aca le llamamos ruteros) van a tener la bondad de subir el precio la módica cantidad de 1 peso a partir del 2 de agosto (cumpleaños de Yesou). La tarifa mínima, la que nos cobran a los infortunados por el simple hecho de subirnos a sus "modernas" unidades será de $5.50 pesos. Mentadas de madre aparte, los ruteros alegan el elevado costo de todo, Gasolina, refacciones, unidades nuevas y que no han subido la tarifa desde 2004. Además que los pobrecitos sufrieron en su economía en la crisis magisterial (Recuerden que en Morelos hubo huelga de los maestros por bastante tiempecito) y la baja de clientela en la crisis de la Influenza. Olvidándome de lo válido o no de estos argumentos, quiero publicar por aca mis razones por las cuales no avalaría yo nunca un aumento de este tipo:

1. En Cuernavaca, como supongo en todo México, los ruteros (microbuseros) manejan como si transportaran animales (y no niego que a veces lo hagan, pero no siempre y no todos)
2. Cuando descargan bultos, digo personas, es frecuente que no hagan un "alto total".
3. En las anchísimas calles de Cuernavaca, invaden carriles, y se pasan bruscamente de uno al otro, sin mencionar que se pegan peligrosamente a los autos si estos no van a la velocidad que ellos quieren y claro, con su respectivo parpadeo de lucecitas.
4. Contratan a mucho chofer excesivamente joven y atrabancado
5. Si se te ocurre pagarles con monedas de 20 o 10 centavos te va como en feria
6. En la amplísima e inevitable av Cuauhtemoc de poderosos dos carriles (en ambos sentidos) es común ver a una ruta que va como tortuga, impidiendo el paso a los de atrás.
7. Muchos chóferes suelen llevar su remedo de Música con un volumen no adecuado. (Y lastimoso para payasos musicales como yo) Sin mencionar su luz de neón antimiopes que algunos tienen dentro de las rutas en las noches.
8. Los topes no son obstaculo, se los pasan a tal velocidad que pareciera que no existen, haciendo que los desdichados que vamos en la parte de atras brinquemos como chapulines sufriendo de lastimeros sentones.
9. Hacen sufrir a sus pasajeros su prisa o la falta de esta respecto a su sagrado checador
10. Los choferes son en general finísimas personas: La semana pasada aborde una Ruta 8, para ir con mi querido alumno Marcelo, Al subir pregunte: "¿cuanto es al panteón?" a lo que recibí como respuesta un contundente: "Un chingo"...

¡Ay! de mis amigos que tienen que viajar de esta manera y que van de un municipio a otro (aunque estén pegados) Como el buen mal Amigo Filbur. ¡Ay de todos los que usamos este servicio!, ¿que diría el buen iLacho desde el infierno sobre esta situación?.

Servicio pésimo y caro... Completamente a la Mexicana.

Y luego dicen que no.